El domingo pasado fuimos a visitar el último templo que es accesible para nosotros, se llama Cheri o Changri. Subir a los templos es una buena excusa para pasear por las montañas con un objetivo y todos merecen la pena pues cada uno tiene algo distinto.
Este está al lado de Tango, en la siguiente colina y se accede a través de un puente de madera y casi una hora de escalada por un camino bastante empinado. El paraje es espectacular pues es el final del valle de Timbú y donde empieza el parque nacional Jigme Dorji. Antiguamente estos dos templos eran los protectores de este valle y marcaban su final en el norte, hoy en día siguen teniendo esta importancia.
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Fin del valle, ¡no hay más! |
Cuando llegamos arriba, nos encontramos en sus laderas con varios animales, unas cabras montañesas enormes, un caballo y varias cabras-antílope:
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Caballo de los Himalayas |
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Cabra-antílope de los Himalayas |
Atravesamos la puerta y todavía tuvimos que subir más escaleras para
llegar a la capilla. En su entrada vimos que este templo es uno de los
que ha subyugado a los demonios de esta montaña y que es un monasterio dedicado a la
meditación, al retiro y al estudio del budismo y otras artes.
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Entrada al templo |
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Capilla allí arriba |
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Vista de Cheri |
Realmete es un sitio perfecto para la meditación, ni un sonido, aire puro y naturaleza.
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Entrada a la capilla |
El parque Jigme Dorji debe ser impresionante, es una lástima que no nos permitan hacer el trekking de varios días, sería increíble. Por lo menos... ¡los turistas y butaneses lo podrán disfrutar!
Aquí os dejo un "trozo" de parque, donde paramos a tomar un tentempie.
¡La próxima entrada será la última!
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